En el podcast de hoy vamos polémicos, porque hablaremos de la campaña de publicidad de Snickers con Aless Gibaja y sobre la polémica con las influencers @Devermut y la discoteca La Luna Conil.
Empezamos fuertes con dos polémicas relacionadas con el marketing y el colectivo LGTBI+. Y digo empezamos, porque estamos nada menos que con el primer capítulo de la segunda temporada de Aporta o aparta. Sí, 7 capítulos y ya hacemos temporada nueva, con un total cambio de rumbo en el tono, el formato y los contenidos del podcast. Seguramente lo seguiremos moldeando con más cambios hasta sentirnos realmente cómodos con el resultado, hasta llegar a lo que queremos: ser nosotros mismos y hablar sobre comunicación y actualidad en un tono fresco y desenfadado.
Pero no nos desviemos del tema, que tiene miga. La campaña de Snickers y Aless Gibaja.
La campaña de Snickers y la publicidad rancia
Para quién no lo sepa, todo empezó este verano con una campaña publicitaria lanzada por la marca de snacks Snickers destinada a promocionar sus snacks en forma de helado.
Esta campaña estaba formada por, supuestamente, 10 spots cortos de 20 segundos, con el claim «no eres tú cuando tienes hambre». Digo supuestamente, porque solamente vieron la luz tres de estas piezas.
A raíz de una en concreto, protagonizada por el influencer Aless Gibaja, se desató la tormenta.
Qué divertido hacer un anuncio riéndonos de los maric-s con pluma, eh Snickers. Qué divertido ser homófobo en 2021 mientras hace un mes un grupo de chicos asesinó a golpes a un maric-n. Validar la violencia desde el privilegio y la broma os hace cómplices. #BoicotSnickers.
— Rubén Serrano (@RubenSerranoM) August 5, 2021
Hola, @snickers_es . A mí no me hace gracia estigmatizar y reírse de la pluma. Menos aún en un verano en el que se multiplican las agresiones a personas LGTBI https://t.co/cfDFboH9NV
— Íñigo Errejón (@ierrejon) August 5, 2021
Parece ser que comiendo @snickers_es se te quita la pluma y ya “estás mejor”. ¿Pero cómo sigue habiendo campañas así? 🤮 #Homofobiapic.twitter.com/ccdtn7BfAw
— Mario Montes (@mariomnts) August 4, 2021
El spot en cuestión aparece Aless Gibaja en un chiringuito pidiendo al camarero un «sexy zumo de naranja con vitaminas A, B y C». El camarero responde entregándole un helado Snickers. Al comerlo, Aless Gibaja se transforma en un hombre heteronormativo.
En redes sociales llovieron las críticas a la marca y a la agencia, acusando a la campaña de homófoba y plumófoba por lo implícito del mensaje: estar mejor, es no tener pluma.
¿La reacción de la marca? Retirar la campaña y publica un comunicado disculpándose por la ofensa.
¿Pretendía Snickers ofender a un colectivo? ¿Es todo una campaña de marketing que buscaba la polémica? ¿Por qué las otras piezas protagonizadas por Carmen Lomana y El Cejas no han causado tanto revuelo? ¿Qué papel ha jugado la agencia en todo el embrollo?
Sobre todo eso y mucho más hablamos con Cris López, diseñadora en Olalon y firme defensora del colectivo LGTBI+.
La guerra entra @Devermut y La Luna Conil
El segundo tema polémico de hoy es la guerra de acusaciones entre las influencers @Devermut y la discoteca La Luna Conil.
Hace unas semanas, las influencers, que cuentan con 800.000 seguidores en Instagram, denunciaron en ese mismo canal que habían sido expulsadas de la discoteca La Luna en Conil, Cádiz, «por lesbianas».
El local, por su parte, se defendió publicando las imágenes de las cámaras de seguridad en las que no se apreciaban los hechos que las influencers habían descrito, y asegurando que el motivo de la expulsión fue un comportamiento que iba contra las normas del local.
A partir de aquí, intercambio de acusaciones de manipulación de los vídeos, amenazas de denuncia por ambas partes, y un alud de revuelo social en forma de comentarios.
Una vez más, el debate está servido.
Tenemos a Paula Trilla, la nueva community manager en Olalon, que nos lo sirve en bandeja.
¿Quién tiene razón? ¿Hacen bien las influencers en denunciar públicamente los hechos? ¿Es una acusación real o tendenciosa e intencionadamente polémica? ¿Es correcto utilizar la influencia social para denunciar públicamente a una empresa a causa de un hecho así? ¿Es lícito el contraataque del local publicando las imágenes de las cámaras de seguridad?
De todo esto o cualquier otra cosa nos podéis escribir en aporta@olalon.com. Esperamos comentarios ¡Hasta la próxima!
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