En plena efervescencia de la interacción online con las marcas, parece que tener un escaparate virtual propio es un must en cualquier estrategia de marketing. Pero, ¿es eso realmente cierto? ¿Todas las empresas necesitan tener una página web? ¿Qué es lo que hay que tener en cuenta antes de lanzarse a hacer una página web? Reflexiones profundas con José Mendoza, Full stack developer an frijoles master specialist en Olalon.
¿Todos los negocios necesitan una web?
La pregunta del millón con la que empezamos el podcast. El bueno de José Mendoza nos dice que «depende». Tan ambiguo como cierto. Lo primero que tendríamos que plantearnos es qué función desempeña la página web en nuestro negocio. ¿Es un escaparate de marketing? ¿Es una presentación corporativa? ¿Es un portal de captación de leads? ¿Es una plataforma que nos servirá para administrar nuestro negocio? ¿Es una landing page para generar tráfico? Tener clara la funcionalidad es lo que nos dictará la arquitectura. Parece obvio, pero muchas veces no se tiene en cuenta, y son muchos los casos de negocios que han empezado su estrategia digital con una web que no sirve cumple la función que debería. ¡Ojo! Eso no significa únicamente que se pueda ver amateur o que tenga algún tipo de error. Hay también casos en los que se invierten importantes cantidades de dinero en una web de diseño que resulta que no pueden gestionar, o que no está optimizada para smartphone, o que directamente deja de funcionar porque está cargada de plugins.
El peligro de una web de cuñao
Igual que todos tenemos un primo que dibuja y dice que nos puede hacer un logo, también en todas las famílias está el ‘cuñao’ que sabe de web. Ojo, porque aunque sea verdad, es peligroso, especialmente cuando la web es una parte fundamental del negocio.
En una página web hay muchos factores que debemos tener en cuenta. El diseño y usabilidad de la página son los más evidentes, los que podemos ver a simple vista, pero no los únicos.
Empezando por lo más absurdo, no tener el control del hosting o dominio de la página nos puede acarrear serios problemas. Creedme que es más común de lo que parece.
Otro caso habitual. Un ‘cuñao’ que es un gran dominador de WordPress y los plugins. Ojo, porque un plugin desactualizado puede conllevar problemas de visualización, de mal funcionamiento o incluso comprometer la seguridad completa de nuestro site.
El último ejemplo. Una web chula, sólida, funcional, muy bien hecha, pero en la que cada vez que tienes que cambiar una imagen tienes que llamar al cuñao que lo haga e invitarle a la pista de pádel para compensarle. Mal negocio, porque a la tercera vez que lo hagas puede ser que, como dice José, las navidades sean grises. Igual estaría bien tener en cuenta que un escaparate virtual, exactamente igual que uno físico, necesita mantenimiento. Por eso es interesante, además de pensar en el funcionamiento a corto plazo, plantearlo a largo plazo, incluso contratando algún tipo de soporte técnico.
Son tantos los casos en los que el cuñadismo ha puesto todo el modelo de negocio de un cliente en jaque que no nos acabaríamos las anécdotas.
Es por eso que, antes de hacer una web, te plantees hacer una estrategia de marketing o que, al menos, te asesores con mucho cuidado para tener clarísimo el propósito de tu página y cómo la vas a gestionar.
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